Lo cuentan los vecinos de aquel tiempo de ranchos valientes sobre la arena. Que durante una tormenta, sintieron un estruendo. Salieron sorprendidos para divisar en tinieblas un pesquero, se llamaba Suderoy, y con él desembarcaron en la playa una tribu de nórdicos de pelos y barbas hirsutas
En agradecimiento a la ayuda recibida, donaron la pintura del barco, y desde entonces El Tulipán Negro, se vistió de tal.
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